25 de junio de 2025

¿Te has preguntado por qué no te llaman para esa posición ideal que tanto te interesa?

El silencio también comunica

Juan había sido gerente general durante diez años en una empresa del sector industrial. Cuando decidió dar un paso al costado y buscar nuevos desafíos, nunca pensó que sería tan complicado recolocarse. Tenía logros concretos, una red de contactos amplia y una trayectoria impecable, sin embargo, pasaron más de 6 meses y no era invitado a ningún proceso. Las pocas entrevistas a las que lo invitaron no prosperaron. Juan comenzó a preguntarse: “¿Estoy haciendo algo mal?”

Muchos ejecutivos atraviesan este silencioso proceso de recolocación con más frustración que respuestas. Este artículo busca abordar las razones más frecuentes por las que un perfil competitivo puede quedar fuera del radar en procesos de executive search y, más importante, qué hacer al respecto.

Explorar los errores más comunes en los procesos de selección ejecutiva, señalar los principales obstáculos para mejorar la visibilidad en el mercado y brindar estrategias claras para destacar en procesos de alta dirección.

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1. No basta con tener experiencia: visibilidad estratégica

Tener una hoja de vida impresionante no garantiza llamadas.

• Muchos ejecutivos subestiman el impacto de su visibilidad en canales como LinkedIn. • No contar con una propuesta de valor clara limita el recuerdo y el posicionamiento.

• Un perfil desactualizado o genérico transmite desorientación.

Estrategia: optimiza tu presencia digital con foco en tus logros, estilo de liderazgo y propuesta de valor. Un headhunter no solo busca lo que hiciste, sino cómo y para qué lo hiciste.

2. Repetir el CV no es contar tu historia

Un error común es pensar que el CV o perfil digital es solo una lista de cargos cuando se trata de posiciones directivas. Los reclutadores buscan líderes que puedan contar su historia de forma coherente, inspiradora y alineada al contexto actual.

• Contar “qué hiciste” sin traducirlo en impacto.

• Repetir logros sin conectar con los retos del mercado actual.

• Enviar el mismo CV para todas las posiciones sin adaptar el mensaje.

Estrategia: redacta tu trayectoria como si fuera un caso de negocio, incluye contexto, desafío, acción y resultados. Adapta tu narrativa según el rol al que postulas.

3. Falta de autodiagnóstico profesional

El mercado cambia, y el perfil de los líderes también. Una de las principales razones por las que ejecutivos no avanzan en procesos de selección es porque no se han actualizado sobre las competencias que hoy buscan las organizaciones.

• Liderazgo adaptativo, gestión del cambio, pensamiento estratégico.

• En entornos complejos, se valora más la capacidad de aprendizaje continuo que la experiencia acumulada.

Estrategia: realiza evaluaciones de competencias, pide feedback estructurado, invierte en procesos de coaching ejecutivo. Cuanto más te conozcas, mejor podrás proyectar tu valor.

4. No definir una estrategia de recolocación

Buscar trabajo a nivel directivo requiere una estrategia clara. Esperar a que te llamen sin acción deliberada es uno de los errores más frecuentes.

• No definir a qué tipo de empresa o cultura deseas ingresar.

• No segmentar tus esfuerzos según sector, geografía o etapa de la organización.

• No identificar aliados como firmas de executive search o coaches especializados.

Estrategia: crea un plan de 90 días con objetivos semanales, contactos clave, posicionamiento y seguimiento.

5. Mal timing o sobreexposición

En la alta dirección, no solo importa cómo te postulas, sino cuándo y dónde.

Estar demasiado disponible o aparecer en todos los procesos puede generar dudas.

• Estar en todas las convocatorias sin un foco transmite urgencia o falta de criterio.

• Aparecer con mucha frecuencia en procesos sin avanzar puede deteriorar tu marca personal.

Estrategia: selecciona con criterio. Menos es más cuando se trata de posiciones de alto nivel. Fortalece relaciones a largo plazo con headhunters confiables.

Visibilidad, estrategia y coherencia

La recolocación ejecutiva no es una reacción ante la salida de una empresa, sino una transición que requiere claridad, acción y acompañamiento.

Si aún no te llaman para esa posición ideal, quizá sea hora de revisar la forma en que te estás mostrando al mercado porque muchas veces, lo que falta no es talento sino  estrategia.